Entradas

Mostrando entradas de abril, 2013

P. Roth: Lecturas de mí mismo

Imagen
Philip Roth:  Lecturas de mí mismo. Debolsillo. Traducción de Jordi Fibla. Roth se lee a sí mismo. Se evalúa. Se compromete. Se destapa.  Piensa, escribe, habla y el resultado lo estructura en dos partes: 1) entrevistas concedidas en torno a la creación literaria y a su obra y 2) artículos y ensayos donde vuelca preocupaciones y entusiasmos. Sus textos reflejan «un interés constante por la relación entre el mundo escrito y el no escrito», distinción que toma de Paul Goodman. Cavila además sin ocultar ciertas dudas: «Separada de la ficción, con frecuencia la sabiduría de un novelista no es más que cháchara». Según Roth, para ver, para escribir, un escritor necesita producir sus venenos, volverse loco. La escritura resulta ser el grito o el antídoto que a veces —no siempre­— toma forma de libro. Sus ideas se abren paso como cuñas: «la vida no tiene necesariamente un rumbo, una sencilla secuencia»; la ficción nos libera de las restricciones que la soci

L. da Vinci: Fábulas & Cuadernos de notas

Imagen
Leonardo da Vinci: Fábulas & Cuadernos de notas. Gadir, traducción de Elena Martínez &   E.M. Editores. El mundo infantil no me enloquece. Acaso porque fui una niña vieja y retraída. Era torpe, era gorda. No atesoro montañas de recuerdos mágicos. Ni encontraba demasiado divertido ese cuento edulcorado del vivir . Leonardo da Vinci nació el 15 de abril, fecha en la que cada año se publican noticias sobre él y en la que ha caído en mis manos Fábulas , un volumen para niños preciosamente editado por Gadir. Aprovecho para rescatar del librero  Cuadernos de notas , compendio de reflexiones sobre arte, literatura, ciencia y  filosofía recogidas en sus manuscritos . Ignoro cómo llegaron a mi vida, pero leo maravillada y con fruición. ¿Cómo pudo un niño zurdo (escribía en espejo) e ilegítimo nacido en un pueblito del mil cuatrocientos llegar a hacer lo que hizo, a ser quien fue? Vive hasta los 5 años con su madre, una campesina —o esclava árabe, según cie

E. Laporte: Luz de noviembre, por la tarde

Imagen
Eduardo Laporte: Luz de noviembre, por la tarde. Demipage. Es raro leer a alguien nacido en tu misma ciudad. Nacido incluso en la misma clínica. En una clínica que ya no existe. De una ciudad hacia la que no profeso elevados afectos. Desapego. Alejamiento. Rechazo. Extranjería recubierta de prejuicio. Cócteles molotov dentro de una identidad difusa. Psicoanálisis necesario, interpretaciones  del montón. Laporte y sus hermanos perdieron a su madre y a su padre en el año 2000. Ambos murieron de cáncer, en febrero ella, en diciembre él. Hubo poco tiempo para despedirse. Eduardo tenía veintiún años. Su hermano menor, dieciséis. La vida a veces no resulta creíble, impone un guión en blanco y negro, cruento e irreal. Porque eso me ha parecido entrever en esta novela: la mirada atónita de un hijo ante ese antojo cósmico, lo grotesco de tener que asumir, contra toda esperanza, las imposiciones obtusas de la realidad. « La muerte es lo único verdadero » , dice La

P. Donoso: Correr el tupido velo

Imagen
Pilar Donoso: Correr el tupido velo. Alfaguara. «Escribir este libro tuvo grandes consecuencias para mí, pérdidas irreparables y, seguramente, habrá más». Estamos en la dedicatoria. Así comienza Pilar Donoso la biografía de su padre, José (1924-1996). La publicó en 2010. Un año más tarde Pilar yacía sin vida en su apartamento. Según la prensa, su muerte fue «producto de una ingesta de remedios». La publicación de esta obra trajo consigo el divorcio, el alejamiento de sus hijos, el suicidio. Qué motivó proyecto de tan alto precio: probablemente, el afán de construirse y de saber. Pilar nació en Madrid en 1967 y fue adoptada a los 3 meses por un matrimonio chileno. Padre: escritor total. Madre: esposa de escritor total, con tendencias depresivas y recurrente alcoholismo. Ambos dejaron testimonio de la complejidad de sus personalidades en cuadernos y diarios, que Pilar utiliza como  materia prima  de investigación. La hija se mantiene al margen. Habla de l