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Mostrando entradas de junio, 2014

A. M. Matute: Los niños tontos

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Ana María Matute: Los niños tontos . Ediciones Destino. Ilustraciones de José María Prim. Me aburrían y me siguen aburriendo casi todos los cuentos infantiles. No comprendo el interés que pueden suscitar un gatito que habla, un príncipe a caballo, una princesa estúpida. Finales felices, argumentos repetitivos, estereotipos perniciosos… El placer por la lectura llegó más tarde. Quién sabe cómo. Son muchos los autores que convierten a niños, o a adultos en ciernes, en protagonistas de sus historias. Algunos parece que solo buscan lectores: la infancia conmueve. Otros, como Ana María Matute, lo hacen —lo hicieron— de modo justificado y pertinaz. Los niños tontos : niños de todas clases, por todas partes, en veintiún relatos de una crueldad espeluznante .  Breves como el soplar de velas frente a una tarta de cumpleaños. Angustiosos como una película de terror. Hoy, una noche cualquiera, leo para mis hijos tres o cuatro de estas historias. Mañana morir

F. Dostoyevski: Noches blancas, El pequeño héroe, Un episodio vergonzoso

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Fiódor Dostoyevski: Noches blancas , El pequeño héroe , Un episodio vergonzoso .  Alianza. Traducción y nota preliminar de Juan López-Morillas. Tres relatos del primer Dostoyevski, el genio que aún no ha pisado Siberia. Diez años de posterior exilio lo transforman en un genio todavía mayor. Las más de las veces, sin embargo, uno no se va a las Antípodas: cambian ¿ solo?  el grosor y la largura de la cuerda. Releo cartas de la época del Gran Amor. Las recorren un ofuscado romanticismo y un vano entusiasmo por la vida [RAE, Vano: 1.  Falto de realidad, sustancia o entidad ]. Qué lejos me siento de ambos. Juventudes. Cortas vidas. El influjo excesivo de lo exterior. Con todo, esa también fui yo. Convivir con Dostoyevski no pudo ser fácil. Quienes sufren en la niñez están destinados (pero yo no creo en el destino) a autoinmolarse, a maltratar a otros, a cauterizar sus miedos y pesadillas a través del arte. Los Dostoyevskis pre y pos siberianos tenían por fuerza algo en co

M.A. Clark Bremer: El librero de París y la princesa rusa

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Mary Ann Clark Bremer:  El librero de París y la princesa rusa . Periférica. Traducción de Hugo Bachelli. Dedico una segunda microcrítica a esta autora , la dama de pulcra elegancia. Sus dos primeros libros ( Una biblioteca de verano y Cuando acabe el invierno ) fueron descubrimientos fortuitos. Este, por el contrario, ha sido intencionado. Años 60, París. Un librero y una noble rusa. La guerra y sus trágicas pérdidas. Jean-François de Bastide como murmullo de fondo. Clark Bremer es testigo y cronista de un amor interrumpido por una inexplicable desaparición. Anécdotas mínimas incrustadas en libros y lecturas. Recuerdos engarzados en un collar de perlas. Frases transparentes. Comas de nailon.  Literatura sin trampas, libre de pedantería.   La oscilación del pecho se detiene: sí, el placer perturba.  Nácar. Suavidad proustiana. Cofre forrado del mejor terciopelo.  Piedras que huelen a sándalo y especias.  Belleza que no hace falta descifrar.  «Jean-François de Bas