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Mostrando entradas de mayo, 2016

J. Egan: Ciudad Esmeralda

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Jennifer Egan: Ciudad Esmeralda. Minúscula. Traducción de Carles Andreu. Atrapar es un verbo antiliteratura: cuando un libro resta libertad —defínala cada cual— no es una buena obra. Y sin embargo, de algunas obras se prefiere no salir. Es el caso de Ciudad Esmeralda , de la norteamericana Jennifer Egan, once relatos construidos con el capital y las aristas de la vida de hoy, parca en dioses y certezas. El desapego, la soledad, el paso del tiempo, la vaguedad volátil del deseo son parte del adobe de esta urbe que cambia de piel como cambia de nombre. Cada pieza de la existencia —no importa que sea el amor, la identidad, la suerte o el dinero— pende de un hilo bajo el que aguarda la esperanza de lo efímero, de un presente que podamos recordar, de vínculos que ahuyenten el vacío. Egan es una astuta narradora y, sus diálogos, oro puro. Parejas, padres, hijos, amigos, colegas, perfectos desconocidos… Si algo caracteriza a sus personajes, es la complejidad de sus r

H. G. Navarro: Las medusas de Niza

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Hipólito G. Navarro: Las medusas de Niza. Algaida Editores. El humor —de otros— es el tripi que me tomo en momentos de nostalgia y este es uno: cada vez me cuesta más volver de España. Lo mío no es mío y lo de los demás tampoco. Cómo explicarlo sin liarlo. Garrido Lucena, etnólogo proclive al cuento, se instala, como cada verano, entre las ruinas de una aldea despoblada. El gran alcornoque (faro-tótem) que preside el pueblo será su techo; cobijará su coche y sus pertenencias. Él se dedicará a lo de siempre: a recoger grabaciones inventadas para un nuevo libro. Pura comedia, enredo, recuerdo, paripé y disparate, desafío antropológico de los gordos. «Escuche. ¿Ve?». El país de uno es un paisaje chiquito y mínimo, un territorio fantasma de cuatro tejas sobre una dentadura careada (sic), una melodía que no se quiere dejar de escuchar, que a todas horas suena y se repite en sueños. Poli G. Navarro. La dulzura de los buenos, la sencillez de los sabios. Se

Cristina Peri Rossi: «No hay mejor marido que una mujer»

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Entrevisté a Cristina Peri Rossi el pasado febrero en Barcelona. Con su último libro de relatos como música de fondo ( Los amores equivocados , Menoscuarto), hablamos sobre el amor y el deseo. Este es el resultado. Cristina Peri Rossi: «El amor es una quemadura». «No hay mejor marido que una mujer». «Nada sabemos de los seres que amamos, salvo la necesidad de su presencia». ( La nave de los locos , 1984) Barcelona, final del invierno, casa de la autora. Entro con patas de mosquito (y la sangre llena de sangre). Sé que estoy ante una escritora inmensa. Me reciben la naturalidad, la generosidad, el saber y el genio innato. Cuenta su amiga Lil que en el pasado Cristina utilizaba tres máquinas de escribir a la vez: en una escribía poesía, en otra novela, en otra cuentos, tal vez ensayos. Nació en Montevideo en 1942 y se exilió en 1972, sabiéndose objetivo marcado por la dictadura uruguaya. Su obra es inconmensurable y difícil de catalogar: el lirismo más pr